24 de Septiembre de 2007
Cuentos de tacuacines
En El Salvador los llamamos "tacuazín"; en Nicaragua les llaman "zorro cola pelada"; acá en Costa Rica son "zorros" nada más; en otros países son conocidos como "zarigüeyas" o "tlacuaches" y en inglés se llaman "opossum". En algunas islas del Caribe como Antigua, Grenada, Dominica y Trinidad, se le llama "manicou" y es un platillo muy apetecido que aseguran sabe a pollo. Su nombre científico, para quien todavía no lo identifica, es Didelphis marsupialis.
Lo de tacuazín viene de la palabra nahua tlacuatzin. Según el Diccionario de mitología y religión de Mesoamérica de Yolotl González Torres, su cola tiene usos medicinales pues se le da cocida a las parturientas con el fin de dar a luz con rapidez y facilidad. Entre los mayas se decía que Hunahpú e Ixbalanqué arrojaron a los animales de su milpa y agarraron al tacuazín por la cola, pero aunque éste logró escapar, le dejaron la cola sin pelos. Otras leyendas sobre por qué este animal no tiene pelo en su cola son referidas por los huicholes y totonacos. Ambos pueblos coinciden en que fue el tacuazín el noble animal que robó el fuego de los dioses para dárselo a los humanos y para hacerlo, usó su cola.
La reciente visita que tuvo Rafael por parte de uno de estos animalitos me trajo a la mente varias anécdotas que me ha tocado pasar con tacuacines, alguna de ellas bastante divertidas.
Creciendo en Los Planes, en medio del monte y con un montón de animales, entre ellos gallinas y patos, la presencia de los tacuacines era normal pues es uno de sus alimentos preferidos. En aquella época teníamos 3 gatos y una vez los 3 acorralaron y persiguieron a un tacuazín que pretendía meterse en el corral de las gallinas. No lograron atraparlo, porque de alguna manera el tacuazín se las arregló para escapar. Pero lo que más me sorprendió fue ver a los 3 gatos cazando organizadamente, cosa que es bastante extraña pues el gato doméstico suele ser un cazador solitario.
Otra vez, en mi casa en Managua, donde tenía un jardín mediano, me desperté una noche porque oí “pasos” afuera, pasos que aplastaban las hojas de un árbol de almendro. Me asusté un poco porque pensé era un ladrón. Encendí la luz de afuera para ver de qué se trataba: el “ladrón” era un tacuazín, que ante la luz encendida se detuvo un momento, deslumbrado, pero de inmediato siguió con su tarea. Lo que hacía era examinar las hojas secas caídas del almendro y seleccionar algunas para su escondrijo; se las pasaba por las garritas y luego se las acomodaba en la cola, donde llevaba un buen rollo de hojas. Cuando terminó con lo suyo se fue por un muro, apretando bien la cola para no perder su botín. Algún tiempo después vería no sé si al mismo animalito, pero llevaba a sus chiquitos agarrados de la cola.
Pero lo más divertido que me ha pasado con un tacuazín fue esto: Una noche escuché un crunch crunch que venía de la cocina. La cocina tenía una puerta que daba al jardín y que yo había dejado abierta porque había dejado unos huesos de pollo para alguno de mis gatos (no sé si para la Loli o la Teodora o Hirohito).
Lo malo del crunch crunch era que el gato estaba en mi cuarto, conmigo, así es que la pregunta era ¿quién se estaba comiendo tan estrepitosamente los huesos de pollo? Pensé que era algún otro gato invasor, así es que agarré una escoba y salí a defender la comida de mi gato. Entré a la cocina, encendí la luz y oh sorpresa, el comensal era un tacuazín. Al encender la luz se sorprendió. Se me quedó viendo, con un hueso entre las garritas y en suspenso a ver qué hacía yo. Y al ver que yo no hacía nada, siguió comiendo tan tranquilo, eso sí, echándome un ojo por cualquier cosa. Yo indignada, comencé a hacerle ssshhhhtttt para que se fuera, y él como si nada. Así es que le pegué un escobazo, más bien un suave empujón, para que saliera. El tacuazín se enojó, me siseó y me peló los dientes de manera amenazante. Entonces yo también me enojé y le grité que no fuera abusivo, que se fuera, y le pegué un buen par de escobazos más. Y de pronto, el tacuazín estaba muerto. Muertísimo.
Cayó redondito, patas arriba. Yo me sorprendí. No sabía que los tacuacines fueran tan delicados. Y me sorprendí más porque no sentí que le había pegado tan duro como para matarlo. Lo moví con el pie, hasta me fijé si respiraba o no, pero no daba signos de vida.
Yo estaba totalmente desconcertada. Con la culpa de haber matado un animal. Pensando que mejor lo hubiera dejado comerse los huesos de pollo en paz. Ahora tenía el problema de pensar qué hacer con el cuerpo. ¿Meterlo en una bolsa y tirarlo en el botadero de basura de la vuelta de la esquina? Descartado, pensé en el mal olor. No tenía más remedio que enterrarlo en mi propio jardín. Me senté en el comedor a pensar dónde hacerlo, en el esfuerzo que me costaría, en la hora que era, en si podía esperar hasta el día siguiente, siempre con salpicaduras de culpa católica. Me levanté de nuevo para puyarlo un poco con el palo de la escoba y asegurarme que estuviera bien muerto, porque pensé sólo estaría herido o atontado. Nada. Me sorprendió lo rápido que se había puesto tieso. Tenía las manitos agarrotadas al pecho, la trompa abierta, la lengua colgando y le podías dar vuelta como una pelota. Estaba muerto, no había duda.
Seguí pensando qué hacer y cuando ya había decidido ir a buscar la pala, el “muerto” se levantó y salió corriendo más veloz que un rayo de la cocina. ¡El tacuazín había fingido su muerte! Lo vi irse corriendo por el jardín y trepar por el muro para escapar de mis dominios.
Y todavía, años después, me estoy riendo del tacuazín que “maté”.
De vez en cuando se me aparece un tacuazín en el traspatio. Me encanta porque es un descarado. No se le ha antojado hacerme el actito de difunto, pero me has dado una clave: usar la escoba con ese tacto tuyo. Ah, y el "ssshhhhtttt " en vez del "abracadabra"…. ¡Genial!
Lo que tenían Edgar Alan Poe y Roberto Armijo era eso: tacuazintosis. ¡Nada de catalepsias!
Hola Jacinta. En la casa de mis papás, era usual que llegaron los tacuazines. Mi mamá les tenía pavor y casi siempre los ahuyentaba, ya sea a través del perro o también con una escoba. A mí por eso siempre me parecieron sucios los animales, pero luego me entero que solo comen gallinas. Es decir, estaban más limpios que los cerdos y esos si que los comíamos.
marielos | 24 de Septiembre de 2007 - 11:45 PMDe hecho, en inglés lo llaman "play possum" que es hacerse el muerto.
Parece que entran en shock los pobrecitos.
Yo una vez me defendí con una sombrilla rosada con encajes de una zarigueya que estaba metida en la compostera.
Dicen que también se cuelgan de la cola y duermen como murciélagos... nunca he sabido si eso es verdad.
medea | 25 de Septiembre de 2007 - 01:16 AMYo no creo que entren en shock. Estoy convencida de que ese tacuazín me estaba espiando con el ojillo medio cerrado mientras yo pensaba los detalles de su entierro y que cuando vio la oportunidad, salió disparado del lugar.
Lo de la sombrilla rosada con encajes está buenísimo.
Saludos a todos.
Jóvenes:
Si quieren ver a un tacuazín colgando por la cola, pulsen en este enlace:
http://www.paleodirect.com/images/textimages/opossum2.jpg
Hay otras si entran en Google Images y ponen "hanging opossum" en el buscador.
Gracias Carlos, está bien divertido.
Me llamó la atención que al tacuacín (del náhuatl) en algunos sitios le llamen zarigüeya (de algún dialecto guaraní, presumiblemente), y aún en otros, comadrejas o zorras (refiriéndose a animales europeos que en algo se le parecen).
Y sí, se hacen las muertas, las muy vivas.
El-Visitador | 25 de Septiembre de 2007 - 06:43 AMGracias Visitador por el detalle de por qué se les llama comadrejas o zorro en algunos lugares (lo del zorro siempre me intrigó porque los zorros son peludos y bonitos, pero el tacuazín, tan peloncito, feo y tufoso...)
Efectivamente, se hacen los muertitos, pero nunca había leído el testimonio de alguien que lo hubiera visto.
Me gusta el nombre en inglés: "opossum"
Aldebarán | 27 de Septiembre de 2007 - 06:04 AMA ese tacuazín había que darle un Oscar por mejor actor... a mí me super-engañó.
Jacinta | 27 de Septiembre de 2007 - 06:09 AMTengo entendido que en Perú les dicen "carachupas." Por ahí hay una etimología que dice que en quechua "chupa" quiere decir cola y "qara" significa pelada.
Carlos | 27 de Septiembre de 2007 - 03:49 PMGracias Carlos, otra más para el Gran Diccionario del Tacuazín.
Jacinta | 27 de Septiembre de 2007 - 04:35 PMJajajaja, qué anécdota tan divertida, me imagino que ud se quedó muerta de la risa también...
Saludos!
Estimados amigos, quiero cumentarles que el nombre nahuatl es Tlacuatzin, que se deriva de Tlacua-comedor o gloton.
Este animalito en mi pais que es Mexico, nuestros ancestros lo veneraban como simbolo de la sabiduria, El gran abuelo Tlacuache, poseedor del gran conocimiento y la sabiduria. No obstante sigue mostrando su astucia ante el ser humano y lo engaña con el truco de "hacerse el muerto". Por aqui prevalece un dicho cuando alguien quiere hacerse el vivo, se le dice; no te hagas el Tlacuache. Este animalito es el unico marsupial en toda america, dado que tiene una bolsa marsupial en la barriga donde al nacer sus crias las guarda ahi hasta que esten compeletamente desarrolladas, y despues las cargara en la espalda a donde quiera que vaya.
Yo vivo en una comunidad al noroeste de la ciudad de Mexico, llamada Coatlinchan, y por sobrenombre nos dicen los pueblos vecinos "Los tlacuaches", debido a que hace unos 30 años los abuelos producian mucho el llamado Nectar de los Dioses o sea el PULQUE, y como el tlacuache es un gloton de Aguamiel, liquido con el que se hace el PULQUE, lo relacionaron con la gente de mi comunidad desde entonces se nos conoce como los Tlacuahes.
Cualquier comentario es Bienvenido
Marcelo Ortiz | 10 de Enero de 2008 - 05:28 PMHola, Jacinta. Hace un par de meses tuve una experiencia tacuacínica en mi casa. Dale un vistazo si tenés un tiempo. Aquí la relato: http://literatura.typepad.com/blog/2008/03/lzaro-o-el-bult.html
Carlos | 17 de Marzo de 2008 - 02:24 PMHola Jacinta,
En verdad que anécdota tan interesante la que tuviste con el tacuazín!!! Yo he tenido la oportunidad de criar a cuatro tacuazines y son animalitos muy hermosos.
Gracias por compartir tu historia y te felicito por ser un buen ser humano y no hacerlo daño a estos animalitos.
No sabía que estos animalitos se podían criar. Debe haber sido una experiencia interesante para tí.
Gracias por tu comentario Marcia.
jajajaja , que chistosa esa historia , no sabia que se podian hacer los muertos.
yo soy de El Salvador y ayer entro uno en la chocera de mi casa , mi perro lo tenia acorralado ,,,no se si queria comerselo o jugar con el .Pero me asusto mucho y conan mi perro ,,estaba inquieto y tuve que meterlo a la casa para que dejara salir al tacuazin.
hola:soy de el salvador ami casa seguido se meten los tacuazines una vez arreglando la bodega descubri que uno habia agrrado de casa una caja antigua de muy buena madera y cuando la destape salte de la escalera y grite una rata una rata es enorme y cuando llego mi papa contento porque iva a comer tacuazin
monica | 30 de Noviembre de 2010 - 04:53 PMAtente al tema del artículo e intenta aportar novedad a la discusión.
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