14 de Diciembre de 2003
Bájense de la apisonadora
En el libro "Internet y Derecho Penal" coordinado por Juan José López Ortega (Magistrado de la Audiencia Nacional) encuentro lo siguiente: "Es indudable que el usuario de Internet puede realizar copias de todas aquellas obras artísticas que la red le ofrezca, además, por supuesto, de disfrutar de su audición o de su lectura. Nada de particular sucede que no suceda también con otros casos de copias, fotocopias o grabaciones para uso particular, sin ánimo de lucro y sin propósito de ulterior difusión (art. 31.2 LPI).
Queda, claro está, el perjuicio para los creadores y demás titulares de derechos de propiedad intelectual, especialmente, cuando no hubieran autorizado que su obra fuera difundida a través de la red de Internet. Ese problema alcanza proporciones gigantescas cuando la obra es objeto de copias masivas y ante esas situaciones es muy poco lo que podrá hacer el Derecho penal, que verá limitada su acción a los casos de copia y difusión comercial no autorizada".
Si esto es indudable ¿por qué aparece gente diciendo que los que descargan obras de la Red serán perseguidos y que acabarán con Tony King? Para mi la respuesta es la siguiente: si le dices a alguien que puede realizar una conducta que le acerca un poco más la cultura y después haces una reforma legislativa que le quita ese derecho es muy probable que la ciudadanía no se quede contenta y salga a protestar porque sienten que han perdido algo valioso por culpa de los intereses económicos de unos pocos. Pero si tú convences a los ciudadanos de que no tienen ese derecho (y bien sabemos que tienen la maquinaria propagandística para hacerlo) y después, por otro lado, se lo quitas (como ya se está planteando en las futuras reformas legislativas) es lógico pensar que nadie protesta porque le quiten lo que no saben que tienen.
Hace poco un miembro del bufete donde trabaja el Sr. Ribas (pondría el nombre del bufete si supiera escribirlo no es por no hacerle propaganda que se que es algo que valoran mucho) dijo que "simplificando mucho la cuestión, la sociedad y los juristas coincidimos en que existe delito cuando estamos ante un sujeto pirata que copia, publicita y/o distribuye las obras pirateadas". La verdad es que simplificado si que está.
Debemos conocer a unos juristas y a una sociedad completamente diferentes. En lo que respecta a los juristas ya iré aportando estractos como el que antecede (¿el que escribió el estracto anterior bajo la coordinación de un Magistrado de la Audiencia Nacional es un jurista o es que se ha pluriempleado el "negro" de Ana Rosa Quintana?) y en lo que respecta a la sociedad no hace falta sacar muchos testimonios, basta con asomarse a la ventana.
No solo no hay delito sino que no hay una conciencia social que exija que lo haya. Las cuerdas del titiritero no son tan largas. Los padres regalan por reyes las armas del delito a sus hijos: cables de fibra óptica y grabadoras ultra rápidas vendidas a precios prohibitivos por las mismas empresas que más dinero dicen que pierden con la piratería. La revista “PC Útil” del mes de agosto saca en su anuncio publicitario de televisión a un guapo joven con melenas y aspecto cuidadosamente descuidado que dice que para él un PC útil es el que le permite descargarse Mp3’s y, para colmo, la revista “Personal Computer Hoy” del mismo mes analiza en profundidad los programas P2P para que “aprendas a usarlos y configurarlos”.
¿Quién coincide con quién en que compartir es delito? La única que coincide es una industria que ve que se queda obsoleta y que lleva tratando a la cultura como una mercancía más desde tiempos inmemoriales. ¿Quieren que la sociedad deje pasar de largo la oportunidad de que la cultura sea de verdad un derecho constitucional para todos sin tener que guardar el requisito de ser millonario?
No se trata de perjudicar a los autores (por favor, diganselo a María Jiménez y bájenla de esa apisonadora que está ya muy mayor) sino de buscar formas alternativas de remunerarlos. Schlachter, en su libro "The Intelectual Property Renaissance in Cyberspace. Why Copyright Law Could Be Unimportant on the Internet" ha identificado hasta nueve formas distintas de remunerar a los autores sin necesidad de limitar el acceso a las obras en Internet y sin necesidad de un canon indiscriminado. ¿Las estudiamos para llegar a un equilibrio entre estos dos intereses? ¿O seguimos con las armas en alto? Si siguen tratando a sus admiradores y clientes, a los que llenan sus conciertos, como a delincuentes no me extrañaría nada que dentro de poco apareciese en el informativo de las tres la noticia de que un joven en una apisonadora está destruyendo CDs originales para protestar por el canon o por los insultos que les dirigen los que eran sus admirados cantantes favoritos. ¿Debemos seguir en esa dinámica: aplastando literalmente los intereses ajenos? ¿O debemos llegar a un consenso para equilibrarlos?. Ustedes deciden, nosotros, entre todos, también tenemos dinero para alquilar una apisonadora...
David Bravo a las 12:14 PM | Referencias 3Asi que pisando los cds con una apisonadora. ¡¡Hahahah!! Oh, Dios mio me siento tan mal que jamas volvere a piratear nada...
1 | Daelin Proudmoore | 15 de Diciembre de 2003 - 10:23 PMMientras los servicios de recaudación del estado, perdón quise decir de seguridad, nos puedan sacar hasta el último céntimo, seguiran tratandonos como delincuentes. La cuestión es la de siempre, si pagas eres un ciudano ejemplar, pero si no pagas caera sobre ti todo el peso de la ley, tendras un juicio justo y luego te colgaran.
2 | EL JUEZ DREDD | 17 de Diciembre de 2003 - 12:53 AMYou may find it interesting to check out the pages dedicated to internet casino internet casino http://www.scottishtutors.com/internet-casino.html ...
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