27 de Septiembre de 2005
Copyleft para la televisión, cuando la red va por detrás I
Esta es la primera parte de una serie sobre la televisión, el procomún y la distribución de material audiovisual en la red.
Hace unos días publicaban en Blogdecine una noticia sobre el estreno de la segunda temporada de la serie Perdidos y su paso inmediato a las redes de pares, donde había sido compartida por muchísima gente. Las fuentes en emule el día de la publicación de la noticia eran unas 4.000, de las más altas que he encontrado.
Evidentemente, esas cuatro mil fuentes podrían replicarse en el tiempo y hacer cáculos sobre el número de personas que en este momento han conseguido el capítulo gracias a este tipo de redes es muy complicado, pero estoy casi seguro de que son muchísimas menos personas que las que lo vieron en directo. Y estoy casi seguro de que son muchas menos de las que lo verán en Europa cuando se estrene aquí.
La televisión sigue siendo un espacio de producción audivisual absolutamente mayoritario y donde la relación emisor receptor está menos distribuída (poquísimos emisores, millones de receptores), la televisión no es simplemente un intrumento, es una máquina que produce imágenes y relaciones sociales, que se encuentras inscrita en nuestro modo de relación, que ocupa mucho tiempo de nuestro ocio y que produce valor a través de la exclusividad de las imágenes.
Un programa o un capítulo de una serie tiene valor el día de su emisión, en directo, a partir de ahí su valor cae estrepitosamente, por tanto el problema no es qué se mueve en la red y cómo, al contrario, la red no es más que una leve ola que se mueve al compás de las audiencias televisivas, la red, en este caso, funciona como instrumento de fidelización y como herramienta de densificación social de las relaciones entre los espectadores "en torno a una serie", no un impulsor cómo puede pasar en otros ámbitos- el disco, el cine, etc. Donde la relación emisión- receptor está más distribuída o donde los canales de distribución pueden encontrarse en crisis.
De esta forma, que la programación televisiva fuera completamente libre sería un añadido que no restaría valor a la programación.
Mientras la red no consiga una transmisión de imágenes con calidad y velocidad suficiente como para suponer una amenaza a las formas clásicas de distribución "en directo" (momento en el que el cambio del paradigma productivo sería total) la televisión sabe que va por delante, que produce el evento colectivo y que la libre distribución de sus contenidos solo puede beneficiarla.
La pregunta es: ¿cuando se enterarán en las cadenas y en las productoras?
Mañana el número dos: Cadenas, productoras y la libre distribución de contenidos.
Guillermo Zapata a las 03:41 PM | Referencias 0Es como seguir luchando para descargar la música de "Bisbal", lo importante de todo esto de la cultura libre no es que yo pueda descargarme la música de "las grandes", sino que mi música o la de mi vecino pueda llegar a la gente que busca, que quiere escuchar...
Está claro que el problema de "quién" marca los contenidos no está resuelto, así que bueno espero tu segunda parte porque estoy completamente de acuerdo con lo que dices
saludos!
pedro jiménez | 28 de Septiembre de 2005 - 11:28 AMLa televisión ni nada de lo que se emita por ella, perderá puntos integrándose en Internet. Es un avance maravilloso el hecho de poder ver una película cuando queramos, sin estar supeditados al aparato grabador de DVD. Desgraciadamente y al día de hoy, los artistas no entran por el aro y su lucha por preservar sus derechos, está provocando malestar en diferentes ámbitos y haciendo que a las personas de a pié, se nos llame ladrones, aunque no sea directamente con esa palabra. No es necesario que la pronuncien para dar a entender que somos unos jetas y canallas.
Lo que tendrían que hacer, es aceptar el progreso y poner ellos una página web donde publicar su trabajo, de pago, o gratis poniendo publicidad. Cuando se trata de películas y series, a todo el mundo le sobra el dinero, igual que para el tabaco. Para esto no hay crisis que valga. Al que le falta para llegar a fin de mes, le pide a su familia y punto.